A partir de 1955 que fueron los diez últimos años de su vida, Julián Carrillo tuvo dos alumnos que permanecieron a su lado hasta su muerte; ellos fueron Oscar Vargas Leal y David Espejo y Avilés ambos, maestros del que esto escribe.
Entre estos dos últimos alumnos se llevó a cabo una correcta organización en cuanto a la labor que a cada uno le correspondería. David, por su parte, llevó a cabo la difusión del Sonido 13 a nivel popular, realizando recitales, conferencias, distribución de grabaciones, programas para radio y televisión, siendo a la vez biógrafo de Carrillo, manteniendo de esta manera la veracidad con la que Carrillo desarrolló su obra.
Para hablar de Oscar, hay que hacerlo de una manera que solamente comprendiendo a fondo la esencia del Sonido 13 podemos hacerlo.
Oscar se dedicó hasta su muerte (11 de septiembre de 1993) a inventar y construir instrumentos musicales capaces de producir hasta novecientos nueve sonidos, con afinaciones que producen escalas jamás imaginadas. Fue quien realmente hizo lo que Carrillo dijo que con el tiempo se llevaría a cabo, es decir, ha cumplido las profecías de Julián Carrillo.
Para comprender la obra de Oscar es necesario asimilar la gran profecía que Carrillo expusiera en el invierno de 1917. . .
“El Sonido 13 será el principio del fin y el punto de partida de una nueva generación de músicos que vendrá a transformarlo todo, pues no quedará ni uno solo de los instrumentos actuales en uso. Todos ellos serán insuficientes para producir la abrumadora cantidad de sonidos que van a emplearse. ¿Cómo serán los nuevos instrumentos? Esa será cuestión que el tiempo irá resolviendo según las necesidades lo vayan exigiendo y marcharán a la par de la división del semitono hasta llegar al límite máximo. Y como un acontecimiento no es, no puede ser aislado, siguiendo nuestra hipótesis, no es imposible que se llegue en el vértigo de la innovación en este sentido a pretender, y quién sabe si a lograr distinguir la diferencia entre una y otra vibración. . . Esta hipótesis, temeraria hoy, se convertirá en una realidad corriendo el tiempo.”
Independientemente de la realización lograda por Oscar, esta profecía pudo haberse cumplido hace ya varias décadas, pero la incultura, ignorancia y la tendencia hacia otros propósitos en cuanto a la impartición de la cultura en México por parte de las autoridades culturales de nuestro país ha impedido que México se convierta en maestro de la humanidad en materia musical, ya que basta con llevar a la práctica la parte de la profecía que indica: El Sonido 13 será el principio del fin y el punto de partida de una nueva generación de músicos que vendrá a transformarlo todo, pues no quedará ni uno solo de los instrumentos actuales en uso.
Del resto, se ha encargado Oscar: Todos ellos serán insuficientes para producir la abrumadora cantidad de sonidos que van a emplearse. Ya que desde un principio construyó instrumentos que producen tantos más intervalos dentro de la escala cromática, como sonidos producidos por un solo instrumento, llegando a construir, de su invención un instrumento capaz de producir novecientos nueve sonidos en nueve llamadas octavas.
Otra parte de la profecía menciona: ¿Cómo serán los nuevos instrumentos? Esa será cuestión que el tiempo irá resolviendo según las necesidades lo vayan exigiendo y marcharán a la par de la división del semitono hasta llegar al límite máximo.
Continúa la profecía: Y como un acontecimiento no es, no puede ser aislado, siguiendo nuestra hipótesis, no es imposible que se llegue en el vértigo de la innovación en este sentido a pretender, y quién sabe si a lograr distinguir la diferencia entre una y otra vibración. . .
Finaliza la profecía: Este hipótesis, temeraria hoy, se convertirá en una realidad corriendo el tiempo.
Las fotografías que aquí aparecen ilustran ampliamente el desarrollo de la profecía en cuestión, parte por parte.
Ahora bien, las fotografías número 1 y número 2 corresponden al mismo instrumento, visto por sus dos caras, y es nada menos que el Arpa Microinterválica, único instrumento en el mundo capaz de producir novecientos nueve sonidos en nueve llamadas octavas, sin producir tonos ni medios tonos, cumpliendo hasta la última parte de la profecía de la siguiente manera:
Es de gran importancia recordar aquí que el sonido más grave que se emplea en la música es la primera tecla del piano, correspondiente a la nota llamada La en el primer ciclo, la cual produce 27.5 vibraciones por segundo; la segunda tecla, correspondiente a la nota llamada La# (La sostenido) en el primer ciclo produce 29.13 vibraciones por segundo, existiendo entre estos dos primeros sonidos una diferencia de 1.63 vibraciones por segundo, siendo esta la diferencia más cercana que hay en música entre un sonido y otro.
Esta parte de la profecía ha sido cumplida y superada, pues en el Arpa Microinterválica (fotografía 1) existe en la sección de sonidos más graves, primer ciclo, una llamada octava dividida en 101 sonidos, produciendo entre cada uno una diferencia de media vibración. Siguiendo con el segundo ciclo, que, dividiendo una llamada octava en 101 sonidos, genera una diferencia de una vibración entre cada uno de ellos, tal como lo profetizara Julián Carrillo en el invierno de 1917, quedando cumplida y superada, como expresara Julián Carrillo: “Esta hipótesis, temeraria hoy, se convertirá en una realidad corriendo el tiempo.”
Si bien, Oscar ha cumplido lo profetizado por Julián Carrillo gracias a la invención y construcción de diversos modelos de arpas, ha cerrado también el triángulo que Carrillo no logró concluir en los fundamentos del Sonido 13, que son:Enriquecimiento, simplificación y purificación de la música.
Siendo el enriquecimiento la cantidad de sonidos a emplearse dentro de la escala dodecafónica.
Siendo la simplificación el empleo de números para identificar los sonidos musicales en el nuevo sistema de escritura musical.
Y siendo la purificación el abandono del uso de intervalos temperados, empleando ahora intervalos armónicos en las escalas musicales.
El maestro Julián Carrillo, en su revolución musical del Sonido 13 llevó a la práctica solamente dos de los fundamentos;enriquecimiento y simplificación, ya que no le fue posible continuar con la purificación de las escalas musicales.
Fue pues, tan grande el genio de Oscar que, tanto en los instrumentos que aparecen en las fotografías como en muchos otros de su invención se llevan a la práctica ya escalas con intervalos armónicos, cerrando así el triángulo que forman los fundamentos del Sonido 13.
El maestro Oscar Vargas Leal ha logrado la purificación de las escalas musicales.
Maestro Hugo Vargas Olvera
Para beneficio de la obra, el talento y la visión futurista revolucionaria han sido heredados por su hijo, el ahora Maestro Hugo Vargas Olvera, quien, comprendiendo la obra de su padre y del Maestro Julián Carrillo ha tomado el ejemplo de ambos, teniendo en la actualidad dos logros de importante trascendencia dentro de la revolución del Sonido 13; es creador de la página llamada “Julián Carrillo y el Sonido 13” y constructor de instrumentos microtonales con características que se enlazan con la labor de su padre y la profecía manifestada por Carrillo en 1917.
El maestro Hugo Vargas Olvera es un constructor de instrumentos microtonales mexicano, radicado en Ginebra Suiza desde el Año 2000, que desde su niñez se ha dedicado a la investigación acústica y a explorar en la escala tradicional musical de doce medios tonos, buscando y encontrando sonidos dentro de las distancias del medio tono, intervalos que hasta la fecha se emplean para todo tipo de composiciones musicales.
Los resultados de sus investigaciones le han hecho llegar a escuchar, experimentar y afinar intervalos menores que el medio tono, es decir, intervalos musicales de tercios de tono, cuartos, quintos, sextos hasta llegar al dominio del intervalo de dieciseisavo de tono, base de las afinaciones de sus últimas creaciones en construcción de instrumentos musicales.
Con ello, el maestro Vargas logra estimular la inquietud de las nuevas generaciones de músicos que en su anhelo de crear, en el más completo sentido de la palabra, tengan elementos de los cuales puedan disponer para que con este fin logren sacudirse de la rutina dodecafónica y lleguen más allá, a donde su inspiración pueda tener bases sólidas para la realización de obras musicales que marcarán en definitiva nuevos rumbos en las normas de la composición e interpretación.
El maestro Hugo Vargas Olvera tiene en su haber la construcción de instrumentos musicales microtonales, básicamente arpas, arpas de una construcción tal que las hace diferentes a cualquier instrumento que se haya empleado en cualquier momento de la historia de la humanidad.
Diferentes en cuanto a su aspecto, ya que la sencillez en su hechura y la comodidad para su manejo hacen de ellas una manera de interpretar nueva música con métodos de asombrosa facilidad.
Diferentes en cuanto a la producción sonora, pues en los instrumentos musicales tradicionales, en los que estamos habituados a escuchar solamente doce sonidos en sus escalas en estas arpas microtonales escuchamos ahora noventa y siete sonidos dentro de las escalas en uso desde el año de 1722, que fue cuando el ilustre Juan Sebastián Bach pusiera en práctica dicha escala con la obra llamada “El Clavecín bien temperado” y es ahora, que el proceso de escuchar nuevos sonidos se encuentra en desarrollo gracias a la preocupación del maestro Vargas, que nos brinda la posibilidad de escuchar escalas musicales jamás llevadas a la enseñanza ni interpretación, logrando con ello la creación de una nueva música.
El compromiso histórico del maestro Hugo Vargas Olvera con la investigación acústica, afinaciones microtonales y construcción de instrumentos vanguardistas queda plasmado en el desarrollo de su obra, en donde la responsabilidad científica, musicalmente hablando es un sólido cimiento que sostendrá a todo aquel que, en la búsqueda de nuevos sonidos, efectos sonoros y nuevas técnicas en composición e interpretación explore los nuevos campos que el maestro Vargas abre con la importante aportación que sus estudios logran para beneficio de las nuevas generaciones musicales en el mundo.
Tal adelanto científico musical llevará nuevos sonidos que por necesidad, todo instrumento musical tendrá que ser sometido a transformaciones radicales para que sean capaces de producir cantidades de sonidos inimaginados a lo largo de la historia de la humanidad.