Este tipo de intervenciones fue disminuyendo y aumentando la cantidad de estudiantes cada vez que iban a escuchar Sonido 13, a tal grado que un grupo de ellos asistió a una presentación en el Planetario Luis Enrique Erro y, en vez de recurrir a los ataques que eran ya rutinarios, me hicieron una cordial invitación para que fuera yo a dar una conferencia-audición sobre Sonido 13 al Conservatorio Nacional de Música de México. Este grupo era nada menos que la representación de la Sociedad de Estudiantes de dicho plantel.
Acordamos desde luego, el programa a desarrollar, y se pensó en realizar tres conferencias-audiciones en tres días distintos, siendo en aquel tiempo la pianista mexicana, María Teresa Rodríguez, heredera del odio chavista hacia Carrillo, directora del Conservatorio Nacional de Música de México.
El día del primer evento, que se había programado para la tarde llegamos mi compañero Fernando García Hernández y yo desde la mañana para preparar todo, y al llegar a la oficina de la Sociedad de Alumnos fuimos informados que por orden de la dirección general del Instituto Nacional de Bellas Artes se cancelaban las tres conferencias-audiciones, sin mayor comentario al respecto.
No obstante ello, pensamos en ir a hacer una pequeña guardia al busto de Julián Carrillo que se encuentra en el pasillo principal del Auditorio Silvestre Revueltas, pues en todo el pasillo hay bustos de eminentes compositores de la historia, pero al llegar al busto de Carrillo fuimos víctimas de una desagradable sorpresa, ya que su rostro tenía pintado con gis blanco barbas y bigotes.
Lamento muchísimo que los alumnos de Carlos Chávez estén tan cerrados de su mente y no se concreten a la paupérrima enseñanza musical que imparten a sus alumnos, sino que llegan más lejos, a inculcar odio hacia un maestro de la talla de Julián Carrillo, que como ningún otro ha puesto el nombre de México tan alto por los conocimientos que aporta al arte musical.
Qué pena que ese odio continúe por medio de los descendientes musicales de Carlos Chávez.

Armando Nava Loya (Septiembre 2008)