Julián Carrillo Trujillo
28 de enero de 1875 –
En su labor como compositor, su desarrollo fue altamente sobresaliente, ya que abarcó desde la sonata hasta la ópera, pasando, desde luego, por el cuarteto, conjunto de cámara, la sinfonía, el concierto, conjunto coral, distinguiéndose siempre por sus tendencias hacia la innovación y el perfeccionismo en la ejecución, ya que se exige un alto virtuosismo al intérprete. Parte considerable de su obra está sujeta a la técnica microtonal.
Como director de orquesta, fundó y dirigió en México la Orquesta Beethoven, fundó y dirigió en México la Orquesta Sinfónica Sonido 13, de corte microtonal, dirigió en México la Orquesta Sinfónica Nacional, fundó y dirigió en Nueva York la Orquesta Sinfónica América, dirigió en Bélgica la orquesta del Instituto de la Radiodifusión Belga, dirigió en Cuba la Orquesta Sinfónica de La Habana, dirigió en Francia la Orquesta Sinfónica Lamoreux de París, dirigió en Alemania la Orquesta del Conservatorio Real de Leipzig.
En su abundante obra como escritor, destacan los libros que a continuación se indican: « Sistema General de Escritura Musical », « Fundamento Histórico y Científico del Sonido 13 », « Teoría Lógica de la Música », « El Infinito en las Escalas y los Acordes », « Pre Sonido 13, Rectificación al Sistema de Escritura Tradicional », « Errores Universales en Música y Física Musical », « Pláticas Musicales », « Leyes de Metamorfosis Musicales », « Testimonio de una Vida » (autobiográfico), fundador y director del periódico musical « El Sonido 13″, ´ »Génesis del Sonido 13 », etcétera.
Bajo su batuta tocaron Yehudi Menuhin, Caludio Arrau, Henryk Szeryng y Bronislaw Huberman.
Como violinista fue premiado por el presidente de México, Gral. Porfirio Díaz, siendo enviado a Europa a continuar sus estudios musicales. Obtuvo el « Primer Premio por Unanimidad y con Distinción » en 1904 en el Concurso Internacional del Real Conservatorio de Gante, Bélgica, interpretando el Concierto para violín y orquesta de Piotr Ilich Tchaikovsky, concierto que fue estrenado en México el día 2 de julio de 1905 por el mismo Julián Carrillo, con la asistencia del Presidente de la República General Porfirio Díaz y los miembros de su Estado Mayor.. Fue, durante tres años, primer violín de la Orquesta Sinfónica de la Gewandhaus de Leipzig, bajo la dirección de Arturo Nikisch. Fundó en México el Cuarteto Beethoven, desempeñando el cargo de primer violín. Siendo precisamente, en el violín, en donde descubrió los 16avos de tono, fundamento de su revolución musical llamada « Sonido 13 ».
Como congresista, asistió en 1900 al Congreso Internacional de Música en París, con la propuesta de emplear nuevos nombres para las notas musicales, propuesta que fue aprobada y oficialmente publicada. Asistió en 1911 al Congreso Internacional de Música en Roma, organizado por Debussy, Ricardo Strauss, Paderewsky y Puccini, siendo Carrillo nombrado presidente de la magna asamblea, su propuesta fue dar « Unidad ideológica y variedad tonal » a cada uno de los tiempos de la sonata, el concierto, la sinfonía y el cuarteto, siendo aprobada y publicada oficialmente. Asiste en 1911 al Congreso Internacional de Música en Londres, llevando como ponencia la « Necesidad de elevar el nivel artístico de las bandas militares », misma que fue aprobada por unanimidad.
Ocupó, en un par de ocasiones la dirección del Conservatorio Nacional de Música de México, logrando importantes beneficios económicos para el personal que laboró en dicho plantel durante su gestión.
Como revolucionario, dentro del Sonido 13, hizo una rectificación al sistema tradicional de escritura musical, creó un sistema de escritura musical a base de números, clasificó científicamente su sistema microtonal desde los 3os de tono hasta los 16avos de tono, inventando para ello los instrumentos capaces de reproducirlos; guitarras, 15 pianos con afinación distinta cada uno, arpas especiales en su estructura, hasta el desarrollo de una orquesta sinfónica completa y obras corales.
Dentro de su labor en física musical corrigió la « Ley del Nodo » en el año 1947 en la ciudad de Nueva York, ley que se consideraba infalible desde 600 años a.C.